Sección: La Transición en Chile: Su devenir y sus temáticas

Cuesta entender el diálogo como legítimo en sí mismo

Entrevista a Pamela Pereira

AVANCES Nº 35
Septiembre 1999

- De tus declaraciones públicas se puede desprender que tu interés prioritario de participar en la Mesa de Diálogo es obtener mayor información sobre los detenidos desaparecidos. Si es así, ¿es el único objetivo?, ¿el diálogo en sí mismo no te parece un objetivo?

- Efectivamente mi interés en estar en esta Mesa de Diálogo comprende, por una parte, la entrega de información respecto de cada caso de detenido desaparecido y, desde otro punto de vista, el reconocimiento de las FF.AA. que tuvieron responsabilidad en las violaciones a los DD.HH. Que reconozcan ese hecho ante la sociedad, a mi juicio, es lo que permite empezar a superar cualitativamente la profunda división de Chile.

En la primera intervención que me correspondió hacer en esta mesa, yo planteé dos realidades a propósito del golpe militar, el carácter institucional, sistemático y masivo de las violaciones de derechos humanos, la dimensión que tuvieron, la intensidad que tuvieron y, por otro lado, cuales fueron los objetivos de la desaparición forzada de personas en cuanto práctica represiva, lo que fue la doctrina de la seguridad nacional. En definitiva, todo eso muestra dos realidades muy fuertes, que es la violación de los derechos humanos en sí misma y el carácter institucional de ellas y, por otro lado, esta realidad pendiente de la desaparición forzada.

Yo diría que eso explica por qué no sólo yo, sino que los abogados de derechos humanos, estamos sentados en esta mesa, más allá de la legitimidad del diálogo en sí mismo, que es una realidad que sin duda a muchos les ha costado asumir y comprender, porque yo creo que una de las realidades que nos dejó también la dictadura, en otro plano, es que logró introducir en nuestra cultura el autoritarismo, entonces cuesta entender y aceptar el diálogo como legítimo en sí mismo.

- En la percepción pública aparece como uno de los factores de desacuerdo que las FF.AA. y la derecha quieren discutir sobre contextos históricos, incluso hablan de revisar lo que ocurría en Chile desde mediados o fines de la década de los 60; mientras que los sectores progresistas aparecen negándose a este debate. Más allá de la priorización concreta de los temas que debe abordar la Mesa ¿crees que este debate sería conveniente?, ¿crees que la dictadura logró instalar en cierto grado una satanización de lo que fue el período desde fines de los 60 hasta 1973? Es más ¿crees que la derecha ha logrado instalar la idea que la crisis económica y política y que la violencia, que efectivamente existió entre el 70 y el 73, fue responsabilidad exclusiva de la izquierda?
En tal sentido, discutir sobre los contextos ¿no ayudará a desenmascarar la inescrupulosidad a la que llegó la derecha en su oposición a Allende y que incluso en esas conductas colaboraron, aunque no oficialmente, miembros de las FF.AA? Dicho muy en concreto, las FF.AA. no han tenido nunca una palabra de reprobación a las conductas sediciosas que adoptaron sectores de la derecha desde el mismo momento en que Salvador Allende ganó las elecciones?

- Desde el punto de vista del debate de los contextos históricos, las causas y los efectos de los fenómenos políticos, yo creo que siempre es correcto debatir sobre ello y ojalá se hiciera de una manera mucho más recurrente en una sociedad porque eso permite clarificar caminos hacia el futuro. El tema está en que no se pueden confundir los planos de los debates porque eso nos puede llevar a conclusiones erradas. La mesa en sí misma, a mi juicio, tiene que circunscribirse al tema de los derechos humanos porque ahí hay temas pendientes que no son históricos, son vigentes, el que haya personas que están desaparecidas, que no están en esta sociedad, es una realidad de hoy día, aun cuando se venga arrastrando por muchos años.

Otro tema son los debates históricos, las visiones y en ese sentido el debate en sí mismo, nosotros los abogados de derechos humanos, y yo en particular, no lo rehuyo, al contrario, creo que hay que hacerlo. Yo siento que a veces la izquierda es temerosa incluso de hacerlo, pero yo diría que ese es un debate que comprende a toda la sociedad, que debería darse en todas las esferas, particularmente en las esferas de la política y deberían asumir la responsabilidad de dar a conocer sus visiones.

Creo que hay que dejar muy clara una cosa, lo que nosotros los abogados de DD.HH. no aceptamos y se lo hemos dicho con mucha claridad a las FF.AA., es la pretensión de una visión única de la historia. Una sociedad democrática lo que la caracteriza es su pluralismo y su diversidad y la aceptación a las diversas visiones, por lo tanto, lo que nosotros no podemos hacer es permitir un debate conducido a un acuerdo de visión histórica. Eso no lo vamos a permitir porque es atentar al derecho de cada cual a tener su propia visión a explicitarla y a escribirla. Cuando Manuel Contreras, el ex Director de la DINA, hace muchos años reclamaba que la historia la escriben los vencedores, y en este país los únicos que no escriben la historia son los vencedores, él aquí está explicitando, creo yo, el gran drama que tienen las Fuerzas Armadas en este país, y es que ellos realizaron conductas de las cuales esperan reconocimiento y el país las repudia, entran en una contradicción con el propio pueblo, con la propia sociedad, las FF.AA. se nutren del pueblo y ese pueblo las observa de tal forma en que claramente las FF.AA. están deslegitimadas ante la sociedad por lo que hicieron y no logran escribir una historia que el pueblo se la acepte. Entonces hay que hacer un proceso pedagógico en las FF.AA. de comprensión de esta situación porque, de lo contrario, pelean contra el sol y el sol siempre va a seguir apareciendo, ese es el problema.

- De todos quienes participan en la Mesa tú eres la que concentra, en lo personal, las situaciones más complejas: eres hija de detenido desaparecido, por muchos años abogada de los DD.HH., perteneces a la cultura de izquierda y eres dirigente del Partido Socialista ¿con qué espíritu sintetizas todo eso al participar en los diálogos?

- Con espíritu integrador de todas esas calidades, yo no me puedo disociar como persona porque sería una actitud esquizofrénica. De tal manera que la misma mujer de izquierda, desde el punto de vista de su visión de la sociedad, de su proyecto futuro de sociedad, con esa visión de izquierda, con un compromiso de lucha por los derechos humanos, yo estoy sentada ahí. Y a decir verdad, las Fuerzas Armadas no me ven distinta. Ellos saben que están sentados con una persona que es de izquierda, que habla un determinado lenguaje, que realiza determinadas actuaciones y que tiene una profunda convicción de lo que está haciendo, yo creo que eso lo tienen claro por sus reacciones que una observa.

De tal manera que yo no tengo problemas en ese sentido, creo que uno tiene que asumir sus realidades, ser hija de un detenido desaparecido tiene que ver con que yo soy una más de los costos dramáticos de lo que fue la dictadura en este país, no me hace distinta a la realidad masiva de la izquierda chilena que, a lo mejor, muchos no tienen a un familiar directo, pero tienen a su mejor amigo, a su mejor compañero de lucha que es prácticamente lo mismo, en ese sentido creo que todos tenemos ahí una realidad muy fuerte en lo personal.

- Lo más novedoso de la mesa, a nuestro juicio, son tres cosas: que no hay representación oficial de partidos, que participan los sectores directa o indirectamente más involucrados, tal vez lo más interesante, por lo nuevo, es que participan representantes de diversos mundos culturales, religiosos y académicos. No se puede decir que allí esté presente todo el arco de la sociedad chilena, pero sí que es una aproximación a ello. ¿Te parecería positivo que esa fórmula u otras, pero similares a esa, se reprodujera, por supuesto extraoficialmente, por ejemplo en los ámbitos académicos, de manera de hacer efectivo un diálogo societario y nacional?

- En los prolegómenos anteriores a la instalación de la mesa las FF.AA., particularmente el Ejército, plantearon que deberían estar presentes los partidos políticos. Los abogados de DD.HH. rechazamos eso por cuanto, primero, estimamos que esta era una mesa de diálogo y no de negociación política y, segundo, que los partidos políticos tenían una responsabilidad en el desarrollo de la transición y una metodología de actuación que era impropia de esta mesa. En definitiva, se planteó que la presencia de la sociedad estuviera desde dos puntos de vista: desde el mundo de la cultura y la ciencia y del punto de vista de la espiritualidad de Chile. Así se llegó a conformar con personas que no están en la política tradicional, porque el esfuerzo que hay que hacer efectivamente pasa por no tener las lógicas de la política tradicional, yo sé que esto cuesta muchísimo entenderlo, particularmente al mundo de la política.

Aquí de lo que se trata es que las Fuerzas Armadas no deliberen sobre política, pero que contribuyan a resolver un problema. Se trata de utilizar todas las metodologías posibles que desde la ciencia y la cultura nos faciliten un diálogo para la entrega de la información y en ese sentido a nosotros nos parecía muy bien que gente que viene con pensamientos académicos diferentes, pudiera aportar sus visiones, porque realmente el ejercicio que venga gente que no ha estado cotidianamente en este tema, tiene una mayor apertura y comprensión a veces para buscar caminos, tiene menos sobrecarga emotiva sobre esto que los que ya han estado demasiado tiempo.

Por otro lado, como pocas realidades, creo que la representación que hay de lo que se ha llamado el mundo de la espiritualidad – está la iglesia católica, la masonería, la comunidad judía y las iglesias protestantes – dan una diversidad muy fuerte desde el punto de vista de la multiplicidad de los mundos que se entrecruzan.

Además, quienes están sentados ahí, también tienen otra particularidad que hace bastante singular esta mesa, nadie recibe órdenes de nadie, salvo las FF.AA. que actúan en representación de los mandos institucionales – ya me voy a referir a eso -, sino que cada cual actúa por lo que piensa y eso es muy importante, esa libertad individual a la hora de estar en este debate tan complejo, porque uno no está esperando instrucciones de nadie.

Desde el punto de vista de las FF.AA., para los abogados de derechos humanos era muy importante que estuvieran representados los mandos institucionales, esta es la primera vez que hay un diálogo, históricamente en Chile, con los mandos institucionales propiamente tales, eso es lo que cambia efectivamente el panorama en cuanto a que muchas veces han habido esfuerzos, tanto de abogados como familiares, de conversar y de tratar de obtener información de ex agentes de seguridad por ejemplo y en esos casos se choca con la institucionalidad de las FF.AA. y por esas razones no avanzamos. Aquí estamos con quienes tienen el poder para decidir el tema, ese es el punto.

El país en su momento va a tener claro, si quienes tienen el poder para decidir el tema de la entrega de la información, accedieron o no accedieron a entregarla y ahí se van a producir consecuencias muy determinantes para el país. Seamos muy claros en esto, si no se resuelve el tema de los detenidos desaparecidos, en cuanto a la entrega de la información y no sabemos dónde están los detenidos desparecidos, nos compramos por un par de generaciones más la división de Chile, y el gran impacto que va a tener las Fuerzas Armadas, también lo va a tener el país.

Yo creo que hay que agotar el esfuerzo porque esa información se entregue, sea esclarecido en los tribunales, porque hay que establecerla, hay que resolverla jurídicamente, eso es lo único que hace posible que sea aceptado por todos los familiares, eso es lo que tendrán que ir comprendiendo paso a paso y milímetro a milímetro las Fuerzas Armadas. Aquí razonablemente uno no puede esperar logros espectaculares de un día para otro, este es un esfuerzo que requiere bastante aguante personal, en lo emocional y en lo racional, porque todo se construye milímetro a milímetro, no es posible una especie de resultados sorpresivos en que mágicamente aparezca una fórmula que permita que se resuelva el problema, eso no es posible.

*Entrevista realizada por Marcia Martínez.