Presentación

Al hacer su estreno en sociedad, el libro de Antonio Cortés Terzi El circuito extrainstitucional del poder, mostró que tiene una cualidad difícil de definir, que está más allá del relato y de su tesis, por previsible que puedan ser para algunos – difícil -, o por novedosas y audaces que se las estime.

El fenómeno amerita señalarse en la presentación de los cuatro comentaristas de la obra editada por Cesoc. Porque fue en dicho evento, efectuado en el simbólico Salón Domeyko de la Casa Central de la Universidad de Chile – remembranzas de la ciencia social y de lo social de la ciencia, de la pretensión transgresora asociada al laicismo y de la relación licenciosa entre cultura y política – , donde se manifestaron por lo menos tres elementos que destacan esa rara cualidad del mencionado ensayo.

En primer lugar, estuvimos ante una asistencia que no sólo excedió las más optimistas previsiones de los organizadores del lanzamiento, sino que además siguió con inusual atención todas las intervenciones, desde el inicio ritual del evento hasta el convite de cierre a los refrescos, vinitos y canapecitos de rigor, en un silencio que combinó una solemnidad y curiosidad inhabituales en circunstancias similares. Solemnidad por la atmósfera que impelía a evitar hasta el normal y leve crujido de los asientos, salvo esos volátiles instantes en que el colectivo se manifiesta a través de una risita, y siempre de baja intensidad. Y curiosidad, por el tema, reconocido por los presentadores como eludido por la intelectualidad chilena (tema de Cortés).

En segundo lugar, por lo que pudiera considerarse una sospechosa convergencia de elogios al libro de Cortés. Convergencia desde visiones ancladas en puestos ideológicos, culturales y políticos no sólo diversos sino competidores y hasta confrontados en el actual quehacer intelectual relacionado a las ciencias sociales y políticas. Un adicto a las intrigas – no necesariamente fanático – podría apostar a que estamos ante una complicidad urdida.

Y el tercer ingrediente que nos advierte sobre ese atributo implícito e impreciso del libro de Cortés Terzi, es la confluencia de calidad y diversidad ideológica de los comentaristas con su unánime valoración de las propuestas analíticas del autor, por los cuatro reconocidas como desafiantes de las rutinas que singularizan al medio intelectual criollo.

En el orden que intervinieron:
Edgardo Boeninger – ex ministro del Presidente Aylwin, Senador institucional (DC) y reconocido proyectista de las “cartas de navegación” por las que transitó Chile entre el ocaso de la dictadura militar y el restablecimiento de la democracia -, fue recurrente y expresivo en sus coincidencias con las propuestas más duras de Cortés, lo que en el mundo concertacionista recrea una suerte de nexo “neoliberal” entre versiones “autocomplacientes” de centro e izquierda.

Eugenio Guzmán – Sociólogo, académico, Director Programa Político-institucional del Instituto Libertad y Desarrollo, entidad sabidamente limítrofe a la UDI y poderoso referente técnico-intelectual de la derecha – destacó sin reservas formales la condición teórica innovadora del libro.

Osvaldo Puccio – Cientista Político, Doctor en Filosofía, lo importante en la circunstancia, además de una suerte de líder benemérito (pura coincidencia) del Centro de Estudios Sociales AVANCE, cuyo Director Ejecutivo es el autor comentado -, culminó focalizando su cascada apologética en el V Capítulo del libro, en el que se contrastan ideal y realidad del demoliberalismo político.

Ascanio Cavallo – Periodista-analista-político por antonomasia, ex director de los emblemáticos y desaparecidos diario La Época y revista Hoy, paradójicamente símbolos del forzado tránsito de la dictadura a la democracia -, desplegó su prolífico arsenal sinonímico para connotar desde todos los ángulos posibles la voluntad y transparencia ética del autor, al grado de elevarlo a la virtud de cínico, una condición que a su juicio es reclamada a gritos en el análisis teórico-político nacional (dejó tarea).

Una obligada advertencia. Para el lector apremiado que pudiera tentarse con atacar el texto mediante sistema de “lectura veloz”, quisiéramos evitarle una segunda frustración (adelantada por Cavallo): es de tal intensidad conceptual/argumental que resulta imposible comprender un párrafo sin haber entendido el anterior.

Valga una observación final sobre la experiencia de Cortés Terzi en la investigación que culminó en este ensayo. No tenemos dudas que el título inicial del libro, que ordenó su tarea, fue Proceso de toma de decisiones políticas (por supuesto en Chile), la temática que recorren sus más de 200 páginas como PTDP. El nombre definitivo sin embargo, El circuito extrainstitucional del poder, se impuso en tanto la más asertiva expresión del resultado de dicha investigación.

Ese vagar entre titulares es un implícito en la tarea del escritor, sea de “ficción” o de “no ficción”. En las brevísimas palabras con que agradeció los elogios de los comentaristas – no pocos de los presentes esperaban un quinto del autor sobre su propio producto -, Cortés sostuvo que aquellos le confirmaban una convicción personal no confesada hasta el momento: que los libros deberían escribirse después de ser presentados. Una elocuente parábola con la que reconoció el valor de las observaciones de los presentadores como estímulos a la precisión, ampliación y profundización de sus argumentaciones y tesis.

Hasta el momento El circuito extrainstitucional del poder ha estado sometido al hielo de los medios de comunicación que normalmente glosan y enjuician textos de este carácter, lo que permitiría inferir tácitos enlaces entre protagonistas de dicho circuito. Mas el tiempo dirá.