Sección: Internacional: Reordenamientos y transiciones globales

La nueva crisis boliviana: ¿Cambió algo importante?

José Luis Díaz

www.centroavance.cl
Junio 2005

Con la designación de Eduardo Rodríguez Veltzé, como nuevo Presidente del país, parece concluir un ciclo de movilizaciones sociales que no sólo le costó el cargo al Presidente Mesa y la más completa deslegitimación del Congreso; sino se expresó también en la calle, a través de un clima verdaderamente revolucionario, como no se veía en estas latitudes hace muchos años.

Al menos desde los sucesos de octubre de 2003 (caída de Sánchez de Lozada), Bolivia atraviesa por una crisis política y social de carácter estructural. En el país andino en forma simultánea se vive una doble crisis: la crisis del pacto social y la crisis del pacto nacional.

Ambas dimensiones tienen un componente étnico no menor. En el altiplano, los protagonistas son pobladores, campesinos y mineros indígenas: aymaras y quechuas. En el Oriente, que busca mayores grados de autonomía, los atisbos de lucha de clases también tienen como protagonistas a sectores de “collas” (del altiplano), resistidos por los “cambas”, una población más mestiza, con mucha presencia de colonias de croatas, españoles, alemanes, incluso japoneses y minorías religiosas como los menorítas.

En el ámbito puramente político, la designación de Rodríguez permite abordar una agenda de adelantamiento de las elecciones presidenciales y parlamentarias, cuyo plazo máximo de realización es diciembre de este año. Uno de los desafíos políticos es compatibilizar esta agenda institucional, con la principal demanda de los movimientos sociales en estos días; la Nacionalización de los Hidrocarburos. La otra demanda significativa de las movilizaciones, la Asamblea Constituyente, podría ser abordado por el nuevo Congreso.

¿Qué dejaron las últimas movilizaciones?

La fortaleza de un movimiento social, plural en relación a la composición de sus actores, pero bastante coordinado con respecto a sus demandas. Se trata de un movimiento social con una importante capacidad de agitación y disciplinado en sus métodos de lucha. En general, sus objetivos se los plantea en el ámbito de la lucha política, pacífica. Donde Evo Morales salió fortalecido; pero también otros dirigentes menos conocidos: como Abel Mamani, dirigente vecinal de El Alto; Roberto de la Cruz, de Comité Obrero Regional (COR) de El Alto; Vilma Plata, la troskista dirigente del magisterio urbano de La Paz.

Todo indica que las organizaciones claramente revolucionarias (la mayoría parte de una izquierda autoritaria) como la COB, de Jaime Solares; el alumnado de la UPEA (El Alto) y el magisterio urbano de La Paz, seguirán siendo la parte extrema de un movimiento social bastante radicalizado. Felipe Quispe, que tiene su reducto en los campesinos de los Yungas, poco ganó; su discurso de nacionalismo aymará milenarista tampoco.

También quedó claro que existen unas Fuerzas Armadas deliberantes, con un discurso paradójicamente, de clara militancia democrática. Ello manifiesta, por un lado, lo extremo de la crisis recientemente vivida, y por otro, la actuación de unas instituciones que se esfuerzan por no ser arrastradas a la represión interna. Sin embargo, la “tolerancia” con las movilizaciones en el altiplano, no indica que muestren igual grado de sensibilidad con las actuaciones secesionistas de Oriente; en especial con las del Departamento de Santa Cruz.

Otro aspecto que introdujeron las movilizaciones en la agenda, fue la demanda por la nacionalización de los hidrocarburos, en particular del gas. Esta era una demanda minoritaria antes del mes de mayo, ahora la mayoría de los actores la plantean.

¿Tiene alguna viabilidad esta demanda?

El que sólo se plantee la posibilidad de concretarla en el actual contexto, plantea las potencialidades revolucionarias del momento que se vive en Bolivia. Hace sólo un mes, el MAS de Evo Morales planteaba un 50% de las regalías. Organizaciones sociales fuera de la órbita del MAS, y las movilizaciones callejeras empujaron a que ahora Morales se sume a este discurso.

¿Qué pasa con las Elecciones?

Ambas pueden ser muy importantes para Bolivia. Aunque el sistema electoral boliviano facilita la dispersión y no tiene segunda vuelta; el Presidente en los hechos se designa en el Congreso. Entre los especialistas el modelo boliviano es designado como de presidencialismo parlamentarizado.

Para las elecciones presidenciales la situación de Evo Morales no es buena en términos electorales. Encuestas anteriores al inicio de las movilizaciones de El Alto (23 de mayo), daban a Morales como cuarto en la lucha presidencial; después de Jorge “Tuto” Quiroga; Carlos Mesa y Samuel Doria Medina (empresario del cemento y ex militante del MIR, socialdemócrata). Es posible que en los últimos días obtuviera algún avance; pero el nivel de rechazo que concita en los sectores medios urbanos y en los electores más moderados es muy alto. Lo que indica que las alianzas serán muy importantes para el nombramiento del futuro Presidente.

¿Qué pasará con los intereses foráneos?

Todo indica que fueron una fuerza moderadora de la crisis. Todos tenían intereses en que la crisis no se profundizara; desde el siempre presente embajador norteamericano, hasta la Petrobras brasileña y sus inversiones en el gas en Tarija. En el futuro inmediato, tienen frente a sí el peligro de una nacionalización engorrosa y enojosa. ¿Seguirán tan sensibles a la estabilidad boliviana?

Al parecer, acabamos de presenciar sólo un episodio de una obra dramática bastante más extensa. El final lo ignoramos; aunque sabemos que los intereses en juego no son ingenuos ni menores, y se extienden a todos los ámbitos de la vida boliviana: el político, económico, social y estratégico.

Finalmente, la crisis de ambos pactos no ha concluido, en uno parece atisbarse una vía de salida: la recreación de un nuevo pacto social, que incluirá los intereses de las grandes mayorías indígenas. El otro, el que sustenta el estado nacional boliviano, sigue peligrosamente abierto, a merced de intereses contrapuestos, tanto locales como internacionales.