Se ha reconocido dentro y fuera del Partido que ustedes – como tendencia o colectivo – tuvieron un notable éxito en el reciente Congreso del PS. Tanto porque irrumpieron con un número de delegados mayor al esperado, como porque tuvieron una fuerte y sólida presencia en los debates. Sin embargo, también ha quedado la impresión que sus aportes y lo que pudiera considerarse “éxitos” se limitó o estuvo principalmente en el plano de lo orgánico, de la reinstitucionalización partidaria.
- Consideras que el “colectivo” también logró instalar ideas “propias” en el área de la línea política y en cuestiones programáticas? Y al decir propias nos referimos a que sin la voz y la fuerza de ustedes algunos acuerdos habrían sido omitidos, morigerados o simplemente ni siquiera habrían sido tratados. Si es así, ¿cuáles?
- Efectivamente, desde el punto de vista de nuestras prioridades el tema orgánico era esencial. En ese sentido el diseño que nosotros nos planteamos en cuanto a poder enfrentar los problemas de la democracia interna del Partido, institucionalizándolo y producir los cambios que enfrentaran los vicios que, a nuestro juicio, llevaban inexorablemente a una descomposición partidaria y a una desarticulación de éste, sin duda que esa prioridad era un objetivo y se notó en los resultados del Congreso.
Ahora, desde el punto de vista político yo diría que fundamentalmente nosotros tenemos una clara definición en el sentido de enfrentar el modelo neoliberal desde una perspectiva socialista y, por lo mismo, hemos explicitado y desarrollado opinión política al respecto. Sería presuntuoso señalar que tenemos un diseño acabado, pero claramente tenemos una definición de revalorizar el rol del Estado, redefinirlo y por lo tanto el eje de la sociedad no centrarlo en el mercado, sino que en la capacidad colectiva del conjunto de la sociedad.
- Un elemento clave del discurso que los identifica es su crítica a las tendencias y su propuesta de reinstitucionalización. La pregunta es ¿por qué confiar en ese discurso si ustedes aparecen también como tendencia? En términos muy generales, cómo visualizas un proceso de reinstitucionalización partidaria dada la dramática fragilidad actual de las estructuras institucionales y la ya larga trayectoria y solidez de las tendencias.
- En el Partido más que una realidad tendencial lo que impera es una realidad fraccional donde aparatos de poder, al margen de la propia institucionalidad partidaria, operan de tal manera que incluso quienes resultan elegidos como mandatarios del Partido son sobrepasados por los operadores políticos en la toma de decisiones, ahí está la clave del tema.
Incluso desde la perspectiva del uso correcto del lenguaje, el que se expresen tendencias en su connotación exacta, no sólo es adecuado sino que es necesario como una metodología de trabajo que indica que determinadas personas van elaborando ideas y confrontándolas de tal manera de producir un cambio cualitativo permanente.
Nosotros claramente no tenemos esas características fraccionales porque nos hemos cuidado de no tenerlas, hemos evitado que se produzca organicidad que pudiera conducir a reproducir el mismo modelo que estamos enfrentando y porque tenemos la firme convicción de participar en el proceso electoral para ser elegidos y en el momento que así sea – y si no lo es también – nuestra voluntad es dirigir o actuar desde el interior del Partido y no continuar desarrollando grupos de personas que no estén estrictamente insertos al interior de las instancias regulares. De ahí que el haber dicho anticipadamente que nacimos para disolvernos es la clave que explica cuál es la voluntad política comprometida desde a perspectiva de la institucionalización del Partido.
- ¿Cuáles son los elementos esenciales de identidad socialista que el colectivo reivindica prioritariamente?
- Por un lado hoy día hay una prioridad orgánica que apunta a que los militantes socialistas ejerzamos la política desde las esferas regulares del Partido, eso es básico en nuestra concepción y la hemos estado difundiendo e implementando desde hace bastante tiempo. No ha sido una cuestión espontánea que se nos ocurrió a última hora.
Y dos, en el campo político yo diría que el rectificar la conducta política del Partido en un esfuerzo común para abordar todo el tema político institucional que conduzca a una democracia plena, con una metodología distinta a la que se ha estado utilizando hasta ahora. Luego, nos motiva esto que hemos llamado enfrentar el modelo neoliberal. Nosotros en eso somos claros: no somos partidarios de aceptar como una verdad inmutable la imposición del neoliberalismo porque globalmente se impone en el mundo. Pensamos que el Partido Socialista tiene que dar una respuesta de modelo de sociedad con las características socialistas que nos identifican y que arrancan de nuestros principios de igualdad, solidaridad y libertad, de tal manera de que eso va moldeando nuestra propuesta hacia delante y la vamos trabajando.
- Programáticamente la candidatura de Lagos todavía es un relativo misterio y es natural que así sea. Pero sí se sabe que en eso se está trabajando y que se han constituido equipos para tales fines, ¿te parece suficiente la presencia del PS en los trabajos programáticos de la candidatura de Lagos? ¿Cómo concibes el papel del PS y de su militancia en la configuración del Programa? ¿Basta lo acordado en el Congreso?
- Creo que el Partido Socialista todavía no ha estructurado sus comisiones de trabajo y ahí hay un déficit porque nosotros ya debiéramos estar desarrollando un quehacer cotidiano en proyección de la candidatura de Ricardo Lagos.
Supongo que superada la situación interna de comicios, vamos a estar en condiciones, con la Dirección legitimada, para enfrentar esa tarea.
Nada suple al Partido Socialista en su obligación de tener que llevar adelante su trabajo de hacer las propuestas que correspondan, ni las fundaciones ni grupos de iluminados ni aparatos de gobierno, suplen al Partido Socialista.
En ese sentido, por lo tanto, tenemos una tarea absolutamente pendiente y, por otro lado, yo insisto una vez más en la necesidad de mantener una estrecha relación entre el Partido y Ricardo Lagos. Eso lo conversamos en Concepción. Yo diría que él asume que hay una preocupación de los militantes socialistas por su insuficiente relación con el Partido. Se requiere una relación más estrecha.
- Crees que el PS va a influir – como colectivo, como institución y desde sus ópticas propias – en el Programa de Lagos?
- Tiene la obligación de hacerlo, porque si nosotros vamos a ser el Partido eje en un gobierno de Ricardo Lagos, sin duda que para ser Partido eje hay que tener claras las ideas y hacia dónde se está conduciendo al país. Nosotros no podemos ser meros administradores eficientes del modelo neoliberal, si así fuera simplemente estaríamos administrando la reproducción de la riqueza y la reproducción de la pobreza, eso es muy delicado desde el punto de vista de una propuesta socialista. De tal manera que tenemos la obligación de asumir las responsabilidades tal cual con; si queremos ser gobierno tenemos que conducir el país, y si tenemos que conducir el país, tenemos que hacerlo a partir de reconocer una realidad ya existente a la cual queremos cambiar.
- Las resoluciones más “radicales” del Congreso – por llamarlas de alguna manera – fueron las que emanaron de la comisión que tú presidías. De entre ellas hay dos que merecen, particularmente, comentarios y precisiones: de una de ellas se deduce que el PS continuaría postulando la construcción de una sociedad socialista como alternativa contra las irracionalidades e injusticias de la sociedad capitalista ¿Qué significa hoy ese imaginario de sociedad socialista, habida cuenta de lo que significó la experiencia de los países socialistas?
- El Partido Socialista tiene que tomar nota de lo que fueron los socialismos reales, pero no tenemos cuota de responsabilidad en esos socialismo reales porque no los compartimos, de tal manera que a mí en lo personal y al Partido en lo colectivo, no se nos cayó el muro de Berlín, ni tampoco nos salpicaron las piedras, pero no por eso vamos a dejar de tomar nota de lo que allí pasó.
La razón originaria de ser del Partido Socialista sigue tan vigente como el año 33, Mientras en este país sigan existiendo millones de pobres, sigan existiendo millones de personas que no comen comida caliente tres veces al día ni leen un diario todos los días, el Partido Socialista es una necesidad como instrumento político de lucha de la gente que nos ganamos la vida trabajando a diario. En ese cuadro este Partido tiene que poner el énfasis en su proyecto de sociedad en los caracteres sociales, de tal manera que hoy día, si bien no tenemos como esquema un proyecto de modelo de sociedad socialista, yo por lo menos soy partidaria que el Partido tenga permanentemente trabajando una comisión de proyecto instalada de tal manera de ir retomando, a partir de esta realidad actual, los elementos que le permitan ir construyendo y diseñando ese modelo de sociedad, en paralelo con ir enfrentando cotidianamente, por la vía de las políticas públicas de Estado, los problemas que se nos presentan a nivel de sociedad.
Por tanto creo que efectivamente la resolución que se tomó en el Congreso es la continuidad de nuestras definiciones que se originan y justifican con la razón de ser del Partido Socialista.
- La otra es la reivindicación de un PS adscrito al pensamiento marxista. ¿Qué reivindica? ¿Qué marxismo? Pensando, por ejemplo, que Pol Pot también se decía marxista ¿Es esa una definición doctrinaria o más bien tiene una pura connotación política?
- Probablemente Carlos Marx no habría imaginado jamás que en esta sociedad – para acotarlo a la realidad chilena – el capitalismo se iba a expresar con tanta crueldad y dureza y quizás sus categorías de análisis en algún sentido se quedaron cortes de lo que está pasando en este país. En ese sentido yo no tengo ningún complejo de ser socialista, de expresarme como socialista, de hablar un leguaje socialista y de utilizar una metodología de análisis de carácter marxista porque cuando el capital se enfrenta al trabajo de una manera tan desigual y tan brutal, creo que el tener presente las categorías marxistas de análisis desde el punto de vista del materialismo histórico, hoy día casi son una necesidad, es una realidad que no se puede desconocer.
Desde esa perspectiva me parece muy bien que el Partido Socialista se sacuda de un cierto complejo impuesto desde afuera y asumido por algunos adentro. Y que haya tenido la capacidad de redefinirse con una apertura de pensamiento que por supuesto no se agota ni se inicia con el marxismo, es una categoría de pensamiento y en ese sentido creo que el reconocer otros aportes, particularmente del racionalismo laico y del cristianismo popular, se corresponden además a la realidad actual. Por ejemplo, nosotros hemos tenido en todos nuestros análisis actuales muy presente el documento de los jesuitas sobre el tema del neoliberalismo, y sin duda que ahí hay un claro aporte del cristianismo. O por ejemplo desde el punto de vista de los valores, el cristianismo nos obliga a revisar valores que son necesarios que el Partido Socialista también los tenga muy presentes a la hora de tomar sus definiciones políticas, en ese sentido creo que también fue una definición correcta la que asumimos en el Congreso.
- Ha sido correcta, en lo sustancial, la participación del PS en los dos gobiernos de la Concertación?
- Creo que ha sido insuficiente. El Partido Socialista se ha quedado entrampado en tareas de gobierno y no ha asumido un rol de instrumento político en el contexto de las luchas sociales del pueblo de Chile. Muchas veces vamos a andar de la mano con el gobierno, pero muchas veces nos tenemos que separar para enfrentar objetivos políticos, socioeconómicos que están más allá del gobierno, en ese sentido yo creo que ha sido bastante insuficiente el rol que ha jugado el Partido.
Ahora, también creo que ha sido muy determinante en esas insuficiencias el cómo se han impuesto los aparatos de gobierno en la conducción del Partido. Por eso estoy tan contenta con la propuesta del compañero José Miguel Insulza de desconcentrar el poder a partir de las incompatibilidades de cargos.
- La alianza PS-PPD con la DC la concibes o no como una alianza que debería transformarse en una gran alianza histórica para avanzar hacía una sociedad más justa?
- Yo creo que la alianza con la DC debe continuar en términos que no es posible hoy día pensar en el camino propio ni uno ni otro partido y por lo tanto hay que actuar de una manera muy responsable, sumando para poder conducir los destinos del país.
Pero también creo que la alianza está en una situación de cierta involución, se está yendo hacia adentro. Pienso que ha sido incapaz de tener una visión estratégica como alianza para enfrentar los grandes desafíos que están pendientes, fundamentalmente en el plano de la democratización del país.
Soy una convencida que la alianza tiene que mirar más allá de sí misma para tener la mayoría suficiente para hacer los cambios. Aun cuando uno defina el plebiscito como un método para resolver los problemas políticos del país, si no tiene el acuerdo político estratégico, el método para hacer las cosas igual no va a resultar.
- Debe dirimirse la cuestión del próximo candidato presidencial en una primaria legitimada por todos los partidos de la Concertación, o el PS debe levantar a Lagos como candidato presidencial de todas formas en la primera vuelta?
- Nosotros debemos levantar a Ricardo Lagos desde ya. Soy de aquellas personas que, modestamente, opinan que el compañero Ricardo Lagos debe asumir desde ya un liderazgo ante la sociedad y no seguir en el Ministerio, es una opinión muy personal que puede no ser compartida.
Yo no me quedaría en una discusión tan pequeña – lo cual no significa que no le encuentre el sentido a lo que se me está preguntando -, pero creo que hoy día lo importante es que Ricardo asuma el liderazgo ante la sociedad de tantos problemas que están pendientes, me gustaría que él asumiera un rol distinto, que no sólo fuera el candidato, a mí me gusta Ricardo Lagos como un conductor y lo quiero como un conductor, la candidatura es la forma en que se expresa esa conducción, puede no serlo, pero que siga siendo un conductor, ese es el tema. Creo que se empequeñece la discusión respecto de la figura de Ricardo Lagos cuando se lo reduce a ser un mero candidato, porque aunque no fuera el candidato – por las razones que sean – a mí me parece que él debe asumir el liderazgo desde una perspectiva progresista de la sociedad de una manera distinta. Lo quiero en los planos políticos, no en los técnicos.
- Si una primaria que nos comprometiera a todos definiera al candidato DC como candidato de la Concertación ¿tú volverías a apoyar activamente a un candidato DC, o sea, a Andrés Zaldívar?
- Si nosotros estamos en una alianza y esa alianza en una forma de elegir, que nosotros también aceptamos, se decide que sea Zaldívar el candidato, por supuesto que sí.
- Tú sabes que a ti se te identifica como la izquierda de la izquierda en el PS. Puedes suponer que esa imagen se va a explotar si eres candidata y si tienes éxito en la próxima elección para el Comité Central del PS. Una pregunta surge al respecto: ¿te has planteado que un eventual triunfo electoral tuyo sea utilizado como argumento parta una división del PS, provocada para garantizar que entre los adeptos a Lagos ya no quedan maximalistas de izquierda?
- Creo que efectivamente la visión que puede existir respecto de mi persona es que soy de izquierda y eso me gusta, que se me identifique con claridad. Dos, yo no dejo de asumir también una identificación ante la sociedad como una persona – como se ha señalado en más de una ocasión – que sigue expresando el rostro del conflicto en la sociedad chilena y eso tiene que ver con las luchas en derechos humanos, cosa que también asumo. Lo que no asumo es que una candidatura mía o un cargo mío de elección popular dentro den Partido, pueda provocar divisiones, por el contrario, creo que todos los pasos que hemos dado, en los cuales he tenido un rol de mucho compromiso, han sido precisamente para generar hechos políticos que no conduzcan a un resultado de crisis, creo que el ejemplo que dimos en Concepción fue magistral. Lo digo a mucha honra, el haber provocado cambios y a la vez haber sujetado la Mesa para que no cayera y se provocara una hacia fuera.
De tal manera que, así como se me identifica como un rostro de izquierda, que me gusta, también se me tiene que identificar con una conducta de responsabilidad política que he mantenido siempre y que voy a seguir manteniendo.
- También sabemos – y se te respeta por eso – de tu actitud ética frente a la política. Tu compromiso con las víctimas de la dictadura y por la justicia hacia ellos también es indiscutible. ¿Crees tú que si Lagos fuera Presidente de la República habría un hecho ético más importante que el hecho político? Llegaría a la Presidencia de la República un hombre que militó en las filas del gobierno de Salvador Allende y que se transformó en figura política promisoria cuando a través de la televisión, y en plena dictadura, le enrostró a Pinochet sus crímenes.
- Sin duda que Ricardo Lagos es un rostro que identifica a la política con la ética y esa es una de las razones por las cuales yo tengo una fuerte adhesión a Ricardo Lagos. Lo importante es que, en la eventualidad que nosotros tengamos responsabilidad de gobierno, seamos capaces de traducir en la realidad concreta esa expresión ética de la política y vamos a tener una fuerte responsabilidad ahí. Espero contribuir a eso en los planos que me corresponda estar, desde el Partido o desde el gobierno eventualmente. Probablemente más desde el Partido, porque con esto de ser el rostro del conflicto, como me lo han dicho varias veces, probablemente siga sin estar en el gobierno, pero me da lo mismo. Lo que pasa es que yo entiendo el quehacer de la política de una manera distinta a como se realiza. Hace demasiados años que aprendí –quizás por haber estado siempre en Chile durante la dictadura – que para incidir en la política lo que importa es el respeto y la legitimidad que la gente tiene hacia uno por su consecuencia cotidiana en lo que hace y para eso no se necesita tener cargos oficiales.
La verdad es que ahora soy candidata al Comité Central, porque lo voy a ser casi porque no tengo otra alternativa después de todo lo que he hecho. Pro no lo siento como una necesidad personal e incluso yo he ofrecido al grupo hacerles la campaña a todos. Eso no es demagogia, tiene que ver con un estilo personal de caber las cosas. Espero que muchos entiendan que en la medida en que son reconocidos por sus propios actos, tienen más capacidad de incidir que porque le asignan un cargo tanto en las esferas políticas o de gobierno, el día que eso se entienda las cosas van a empezar a cambiar.
- Cómo resumirías el diseño grueso que ustedes postulan para el PS?
- No sé si a partir de las respuestas que he ido dando fue quedando claro cómo se ha ido delineando esto. Creo que no hay que confundir el esfuerzo permanente que nosotros tenemos de no convertirnos en otro aparto más del Partido, con no tener un diseño de lo que estamos haciendo. Pienso que tenemos bastante claridad hacia donde marcha este movimiento. Un movimiento que va sumando y sumando gente, pero que no se da estructura interna. Por eso es que funcionamos en asamblea. De 15 personas que comenzamos llevamos 300 en Santiago y un asambleismo paralelo en regiones, yo no sé hasta dónde va a llegar esta suma de personas, pero la sumatoria tiene un límite en el tiempo, determinado por el propio proceso electoral. Eso va a reencauzar nuestra propia conducta, porque el 15 de agosto en la tarde se van a saber los resultados y eso va a significar que el nuevo Comité Central, con nuevas características, va a devenir en el espacio natural de negociación. Y eso está bien, porque será gente maniatada y elegida por las bases. Para nosotros, aunque tuviéramos un resultado electoral adverso – que no creo – no habrá dudas en el respeto a todos los que sean elegidos y a que en esa instancia se tomen las decisiones que correspondan. De ahí, todos nos tenemos que reencauzar en el trabajo político, sea por la vía de un Comunal o sea por la vía de estructuras de más alturas. Si logramos realmente imponer este diseño, que es el diseño del propio partido, eso le va a dar mucha fuerza al Partido Socialista.
Diseño que por lo demás no es nuevo. Nada es tan nuevo en el Partido Socialista. Tampoco la metodología buscada para hacer los cambios. Por ejemplo esto de la revocabilidad de los cargos, que parece una cosa novedosa. Lo que pasa es que antes, hace muchos años atrás, cuando la ética y la política no estaban tan disociadas como ahora, la gente cuando “metía la pata” asumía su responsabilidad política y ponía su cargo a disposición. Entonces no era necesario tener explícito el tema de la revocabilidad, puesto que era como una cuestión de honor. Los viejos, en ese sentido, eran más honorables: el que sentía que lo había hecho mal, el sabía que los resultados electorales habían sido desastrosos, simplemente ponía a disposición su cargo en el Partido. Lo acordado va a restituir ese criterio, después a lo mejor ya no va a ser necesario recordarlo así como está planteado ahora. En el fondo, sólo estamos retomando prácticas sanas de la política, nada más, y no hay que tenerle temor a eso.
*Entrevista realizada por Marcia Martínez