Sección: Sociedad Civil: Transformaciones socio-culturales

Cuando hicimos historia (la experiencia de la U.P.)

J.D.G

www.centroavance.cl
Septiembre 2005

Recientemente la Editorial LOM publicó un libro editado por Julio Pinto, que contiene los trabajos de 8 historiadores, quienes analizan el gobierno de la Unidad Popular desde la triple perspectiva de la “fiesta, el drama y derrota” (al decir de Tomás Moulián). Se trata de trabajos monográficos, de autores que examinan el período desde sus propios campos temáticos.

El enfoque del libro destaca que se tiende a olvidar que quienes creyeron y se “jugaron por ese proyecto lo hacían movidos por una aspiración utópica y por convicción de que las personas de carne y hueso que habitan este país, incluso los más humildes y postergados, son sujetos plenamente habilitados para hacer historia. La “fiesta” que señala Moulián, se refiere a la conciencia, de que en esos tres años, se hizo historia.

El texto contiene dos artículos teóricos. El primero de Julio Pinto que explora y caracteriza la idea de revolución que motivó a quienes vieron en la Unidad Popular una posibilidad de realizar cambios profundos en nuestra organización social. Se detiene en el “objetivo compartido” de los actores de izquierda; la revolución, y en referencia a ese tópico, los debates sobre “como hacer la revolución”.

El segundo, del ya citado Tomás Moulián, (tal vez uno de los intelectuales chilenos que más ha investigado y escrito sobre la Unidad Popular, junto a Manuel Antonio Garretón) se refiere a la “vía chilena al socialismo”, tal vez el más audaz y singular aporte de la Unidad Popular en el plano de la construcción ideológico-política. Moulián subraya las complejas relaciones que existieron entre la práctica y la teoría; sostiene que no se hizo una discusión estratégica sobre su radical originalidad que rompía, al menos a nivel de la ejecución práctica “con todo lo que la ortodoxia socialista había consagrado como estrategias para hacer la revolución”. El autor detalla posteriormente la genealogía de la ruptura teórica entre las tesis estratégicas de los socialistas y de los comunistas, y la crisis estratégica de la Unidad Popular.

Los dos siguientes artículos, se concentran en dos actores sociales que fueron pilares del protagonismo que el gobierno allendista buscaba relevar: el movimiento de pobladores y el mundo del sindicalismo obrero. El primer trabajo es de Mario Garcés y el segundo del historiador francés Franck Gaudichaud. El movimiento de los “pobladores” aunque novedoso tenía cierta continuidad en las luchas desde los años 50. El protagonismo social de los segundos tuvo su concreción en lo que se denomino, “poder popular”.

Otras tres monografías abordan temas más “culturales”. El artículo del historiador y periodista español Mario Amorós sobre el Movimiento de Cristianos por el Socialismo, da cuenta de uno de los componentes más originales de la experiencia de la Unidad Popular; el trabajo de puente entre religión y socialismo; en particular con el catolicismo. Por su parte, María Angélica Illanes en su texto efectúa un ejercicio de reflexión sobre la “corporalidad del sujeto popular” entendido en su dimensión de ocupación del territorio y la satisfacción de necesidades básicas de las clases populares.

El último trabajo es de Verónica Valdivia y se centra en la relación entre la Unidad Popular y su vinculación con las Fuerzas Armadas. Se trata, sin duda, de uno de los espacios más problemáticos y desconocidos de la obra del gobierno de Allende. Como es conocido, la vía chilena al socialismo se definía por su renuncia a alcanzar el poder por el camino armado o insurreccional. Según Valdivia, esa renuncia no significó una confianza ciega en la lealtad institucional de las FF.AA.; se buscó ganarse su apoyo a “través de propuestas de desarrollo económico e integración social” de los sectores más progresistas de los oficiales y suboficiales. La autora es de la opinión que el resultado de la experiencia no estaba predestinado ni era fatal, sino que pudo haber alternativas diferentes; como atestiguan los militares que fueron víctimas de la represión golpista.

Por nuestra parte, en un siguiente comentario ahondaremos en el trabajo de la historiadora Verónica Valdivia.

Los estudios mencionados en este libro no agotan los actores y experiencias que protagonizaron la historia de la Unidad Popular, ni mucho menos. La selección tuvo que ver con la expertice de los autores. De este modo, se reconoce que se omitieron actores tan relevantes para el proceso, como los campesinos y los estudiantes; y propuestas emblemáticas como la Escuela Nacional Unificada o la Asamblea Popular.

La obra comentada no entrega una “historia oficial” sobre la Unidad Popular; porque tampoco existe, entre los 8 autores, una visión uniformada sobre los hechos historiados. Tampoco, dicen, se busca una “visión de consenso”, para dejar a todos conformes.

Julio Pinto Vallejos (Coordinador-editor): Cuando Hicimos Historia. La experiencia de la unidad popular. Santiago. LOM. 2005, 209 páginas.