Sección: Partido Socialista: Recomposiciones y debates

El día que murió Daniel Medel

Tom Mix

www.centroavance.cl
Abril 2004

El fuerte viento de Abril golpeaba en mi ventana, hacia bailar en el celeste cielo de este Valparaíso querido, la cortina verde del dormitorio, y su silbar se iba enmudeciendo colándose en los pasillos de la casona que habitábamos “los Mix” junto a otros estudiantes en el cerro Alegre.

Era ya hora de levantarse del camarote, y tener que ir a estudiar, pero algo que no sabría explicar se entremezcló con esa brisa que pobló nuestra casa… era un extraño presentimiento, un látigo que advertía que ese día no lo olvidaríamos nunca más.

Como de costumbre, luego de hacer callar la sinfonía de ruidos en mi estómago, con una caliente taza de té y una marraqueta entibiada en el viejo y negro tostador que nos regalo mi madre cuando en Marzo tomamos rumbo hasta esta ciudad, partí camino a la Universidad.

Quizás el transitar por esas calles humedecidas por la llovizna de la noche anterior o esa bajada tan inclinada, tan poco amigable, tan camino al infierno, me iba tragando, absorbiendo y en cada detente para tomar aliento se me aparecía un rostro amable, el del compañero, días atrás en el aniversario número cincuenta, nos regocijo con su alegría y su optimismo, y mientras su rostro iba y venia, bajaba al plan y subía hasta el último rincón de este puerto, yo retomaba mi camino a la Bella sin alma, a la Universidad Santa María.

Fue un día inquieto, raro, el pasar los minutos lo fue oscureciendo y las negras nubes que iban cubriendo a Pancho, a la joya del pacífico, que eran como nacidas del mar y que querían ahogar, asfixiar al puerto, que querían llorar, querían lagrimear más de una gota, más que un vendaval, más que una tormenta, ese Jueves, se cayó el cielo sobre Valparaíso.

Decidí tomar mis cuadernos y volver a casa, caminé con paso raudo hasta la Universidad Católica, ahí en Avenida Brasil, y ubiqué a Patricia, sus ojos inquietos, me expresaban angustia y desolación, y después de un corto, pero eterno tartamudear, con las palabras entrecortadas, con la vida entrecortada, con los sueños entrecortados, va hilando una palabra tras otras, amargamente va dibujando lo que en ese momento era solo algo probable…”Daniel, el compañero Daniel no llegó al lugar que iba, dicen que lo bajaron unos tipos del bus en que viajaba a Calera.. y no se sabe nada de él”... y nuevamente la confusión y las lágrimas y la tristeza opacó, apagó su voz…

Ese día corrimos, subimos mil veces los cerros de Valparaíso, recorrimos cada espacio, cada esquina, cada vereda, cada rostro porteño buscándolo, añorándolo, soñándolo, y cansados después de tanto preguntar, de tanto cuestionar, de tanto interrogar, nos fuimos quedando dormidos en nuestra casona, junto con la noche lluviosa y oscura de ese puerto que da, de ese puerto que quita…

Al otro día temprano, nuevamente comenzamos la búsqueda frenética, ya con menos esperanzas, ya con más rabia, presintiendo la muerte.

Y ya con el día a cuestas nos fuimos a la casa central de la UCV, allí Patricia, Johnny y yo quedamos de encontrarnos después de buscar en cada rincón de esa ciudad, de buscar respuestas, de buscar y buscarnos, y de encontrar y de encontrarnos, allí en ese viejo edificio, gris como el día, gris como lo que venía, lo que nos esperaba, lo que no queríamos encontrar, lo que no queríamos saber, lo que quisimos olvidar pero fue imposible, allí dos compañeros nos dan la noticia que Daniel, nuestro Daniel, fue asesinado por la Central Nacional de Informaciones, y que nos teníamos que “descolgar” por un tiempo, que ese puerto ya no era seguro, y nosotros ya no sabíamos de puerto, de calles, de mar, solo nos fuimos confundiendo con la lluvia que volvía a caer y las lágrimas que fueron lavando nuestros rostros, y nos fuimos perdiendo en calles conocidas, y nos fuimos cabizbajos, hundidos, sin aliento, nos fuimos quedando solos, nos fuimos a nuestra casona y nos dormimos creyendo que todo había sido solo un mal sueño y el fuerte viento de Abril golpeaba en mi ventana, hacia bailar en el celeste cielo de este Valparaíso querido, la cortina verde del dormitorio, y su silbar se iba enmudeciendo colándose en los pasillos de la casona que habitábamos “los Mix” junto a otros estudiantes en el cerro Alegre.

DANIEL MEDEL RIVAS

El 28 de abril de 1983, según lo informado por testigos, DANIEL MEDEL RIVAS, de 30 años, militante del PS, fue bajado de un bus interprovincial en el paradero siete y medio de la carretera entre Quillota y La Calera por efectivos de la CNI, quienes le dispararon dándole muerte en el lugar.

La Comisión, considerando los antecedentes reunidos, ha llegado a la convicción de que Daniel Medel fue ejecutado por efectivos de la CNI, considerando su muerte una violación a los derechos humanos de responsabilidad de agentes estatales.
(Informe Rettig)